Las chicharras son plagas graves y muy extendidas en muchos cultivos, tanto protegidos como exteriores. El daño causado por las chicharritas puede provocar pérdidas sustanciales en los cultivos y daños estéticos en los cultivos fructíferos que generan un producto no comercializable. La chicharra de invernadero o Hauptidia maroccana causará daños a una variedad de cultivos protegidos, p. ej. pepinos, tomates, hierbas y plantas ornamentales. Los huéspedes de hierbajos comunes incluyen el cerastio, por lo que adoptar medidas de higiene para eliminar las plantas huéspedes es una medida de control importante. Las chicharras adultas son de color amarillo blancuzco, con dos marcas en las alas de color gris oscuro y en forma de chevrón.  Las ninfas son blancuzcas sin marca distintiva alguna. El parasitoide Anagras atomus puede proporcionar cierta protección contra la infestación de chicharras, pero donde haya niveles significativos de plagas se recomienda el control con controles químicos compatibles.